La solidez del gres porcelánico en la conservación del patrimonio arquitectónico
Para hacer frente a los retos de la rehabilitación, es importante que los materiales no solo se conformen al contexto histórico, sino que también respondan a las necesidades prácticas actuales. El gres porcelánico es perfecto para revestir edificios y viviendas de época por su increíble resistencia a los golpes, arañazos e intemperie, asegurando que las superficies permanecerán impecables pese al correr del tiempo. Por esta durabilidad es muy adecuado para los suelos de edificios históricos, sobre todo en contextos en los que el tránsito de las personas y el desgaste podrían dañar los materiales más delicados.
En estos espacios, las superficies antideslizantes con acabados R10 y R11 ofrecen una seguridad adicional, lo que tiene particular importancia en ambientes exteriores expuestos a la lluvia o la humedad, así como en baños y otras zonas interiores que requieren una protección adicional.
Además de la resistencia, el gres porcelánico mantiene la estabilidad del color, incluso después de años de exposición a los agentes atmosféricos, evitando que los colores se desvanezcan. Esto es esencial cuando se trabaja en edificios históricos que deben conservar su belleza original. La disponibilidad de diferentes espesores, como las baldosas de 20mm, ofrece la flexibilidad necesaria para diferentes aplicaciones, garantizando estabilidad y resistencia tanto en interiores como en exteriores.