El mármol en la historia arquitectónica y cultural de Italia
El mármol se utilizó ampliamente en los edificios romanos para construir arcos, templos, columnas y para decoraciones. El "marmor lunensis", el mármol blanco de Carrara, era muy apreciado por sus ricos y característicos detalles y fue utilizado, entre otros, para los bajorrelieves de la Columna de Trajano y las decoraciones del Arco de Constantino.
En las casas de la aristocracia romana de finales de la República, el mármol simbolizaba prestigio y riqueza, y se utilizaba mucho para la decoración de interiores, como la taracea de mármol en los suelos de las habitaciones principales.
Tras la caída del Imperio Romano, los Papas y nobles reutilizaron el mármol para embellecer iglesias y palacios, explotando las ruinas de la antigua Roma como una abundante cantera. El mármol conocido como Portasanta representa el mayor símbolo de la Roma Papal, utilizado para revestir las jambas de la Puerta Santa (Porta Santa en italiano) en las principales basílicas de Roma.
El Coliseo, uno de los símbolos más emblemáticos de Roma, estaba recubierto originalmente con mármol, estatuas y decoraciones. Cuando se abandonó la estructura, el mármol se utilizó para construir palacios papales y numerosas iglesias por toda la ciudad.
Durante la Edad Media, el mármol mantuvo su protagonismo en el arte y la arquitectura, especialmente en las catedrales cristianas. Los famosos pavimentos cosmatescos, creados en Italia entre los siglos XII y XIII, son representativos de esta época. Estas obras de arte, creadas por la familia Cosmati y otros marmolistas romanos, utilizaron materiales antiguos en maravillosas combinaciones para crear suelos de extraordinaria belleza y complejidad. Este periodo fue testigo de la innovadora reutilización del mármol antiguo, no solo por motivos económicos, sino también como expresión artística, transformando la grandeza de la antigua Roma en nuevas formas cristianas. De esta manera, el mármol siguió siendo un material esencial en las edificaciones eclesiásticas y civiles, dando testimonio de la continuidad y evolución del arte y la arquitectura a lo largo de los siglos.